SÍSIFO: EL SENTIDO DE LA VIDA O SU HIPOCRESÍA
La vida es monótona. Tan monótona como mi cometido aquí, en el Inframundo. Estoy condenado a empujar eternamente esta roca. Pero mi castigo no es ese. Mi castigo es estar atrapado en una rutina eterna de la que no puedo escapar. Cuando alguien abandona este mundo, dicen que reposa eternamente. De hecho, cuando alguien fallece, se le suele desear que "descanse en paz". Yo ni descanso, ni tengo paz. Día a día, subo esta roca montaña arriba. Al llegar a la cima, cuando parece que ya he terminado, vuelve a rodar hacia abajo. Abatido, cansado y harto, desciendo la montaña para volver a subirla otra vez, sabiendo que al llegar arriba, volverá a bajar. Que mi esfuerzo es inútil.
Metamorfoseada en esta roca, está mi vida entera, todo el sufrimiento que he causado, toda la humildad que me ha faltado, la solidaridad que no repartí, el amor que nunca compartí. Todos, en vida, llevamos una losa que creemos poder sortear. La mitologia y la literatura os enseñan como sois y por qué. Pero son disciplinas antiguas, de las que por lo visto, os sentís desconectados. Por eso, no consiguen haceros entender que volvéis a repetir los mismos errores que el pasado. Es en vida y no después cuando podemos remediar nuestro comportamiento. Hubo un tiempo en que las personas temían a la muerte y creían que en vida debían ser ejemplares. Hoy, a la muerte se la teme tan sólo cuando es inminente. Mi condena deviene en el inframundo; el problema es que quizás, hoy, debieraís entender que el inframundo no es un lugar en el que el alma vaya a perdurar. Sinó que es un lugar que ideamos para creer que no hay un final. El infierno es la vida que lleváis o decidís llevar.
Sé que las rutinas arruinan las vidas. Quizás por eso, el ser humano necesita, desesperadamente, salir de ellas. Pero si decimos que paradójicamente las necesita para disciplinarse a sí mismo, resulta que entramos en una contradicción monumental. Nadie entiende qué es la esclavitud o cúan injusta es, hasta que la padece. Por eso, quizás, es necesario que nadie note que está atrapado en una rutina que le impide ser libre. Viendo vuestro mundo y cómo lo habéis estructurado, creo que no sois conscientes de la falta de libertad y conciencia que poseéis. El mundo occidental está diseñado sobretodo para que seáis felices y no libres, cimenta la felicidad sobre los placeres individuales. Créeis que sois libres porqué gracias al dinero y al materialismo creéis que sois felices, pero la verdad es que habéis errado mucho a la hora de asociar felicidad y libertad. El hedonismo no es sinónimo de libertad. Si acaso, es sinónimo de libertinaje. En el hedonismo, no hay justicia, no hay límites, no hay nada que os haga entender que sois algo más que cuerpos insatisfechos, mentes anestesiadas y almas desorientadas.
Tan solo estáis satisfechos cuando conseguís lo que se os antoja. Cuando conseguís lo que anheláis y no lo que necesitáis. Y lo curioso es que cada vez más personas reclaman lo que anhelan y no lo que necesitan. Reclaman regalos para sus hijos, muy caros porqué todo niño tiene derecho a regalos cuya calidad se mida a través del precio; mas sin embargo, no todo niño parece tener derecho a la atención y el afecto de sus padres. Los padres trabajan y trabajan, para comprar el cariño de sus hijos, para que no les falta de nada excepto amor y afecto. Esas mismas personas reclaman viajar cada vez que tienen vacaciones porqué "las necesitan" y viven muy estresados por trabajar ocho horas diarias. Viajar pasó de ser un lujo a un derecho o pasatiempo. Pero no todos sois iguales. Nadie entiende o parece entender que aquellos que arriesgan su vida en el mar, viajan para ver si, con suerte, pueden conseguir un trabajo primario y precario, arriesgan mucho más que un simple anhelo de salir a ver mundo o "desconectar" del suyo porqué están "estresados".
Los de paises desarrollados, reclaman mejor trato y atención, reclaman mejorar sus condiciones, exigen comodidades y aquellos que han nacido en paises en via de desarrollo, reclaman vivir en lugares "ricos", mejores. Todo el mundo reclama "igualdad" sin estar dispuesto a igualarse desde abajo en lugar de desde arriba. Así es como los recursos se convierten sistemáticamente en insuficientes. La hipocresía, es monumental. Unos quieren escapar de una rutina que les estresa; otros, están dispuestos a todo, incluso a morir, para conseguir una que les dé aquello imprescindible no para sobrevivir, sino para vivir bien, más y mejor.
Nadie piensa en todas estas cosas, por qué de pensarlas y analizarlas, de ponerse en la piel del otro, quizás, no se harían. Pensar, reflexionar, amar y compadecer, requiere esfuerzo; mientras que disfrutar y dejarse llevar, tan sólo requiere una predisposición innata, un impulso, un "me lo merezco" y punto.
El sistema os recompensa. Por trabajar "duro", creéis que podéis conseguir cualquier cosa que se pueda pagar. Podéis viajar, contaminar, consumir en exceso, comprar, poseer, beber, comer... porqué creéis que lo merecéis, cuando en realidad lo que tenéis es suerte de haber nacido en un país rico. En realidad lo que tenéis es una falta monumental de conciencia y empatía por el resto. No pecáis de nada que los antiguos no pecásemos. Nunca nada es suficiente, siempre hay que ver más, conseguir más por uno mismo y no por los demás. Siempre hay que desear más. Hay que ser ambiciosos ¿no? hay que poner el foco en uno mismo y no en el mundo que le rodea, así se consigue que la gente haga lo que un sistema exige. La inteligencia no es adaptarse a todo, más bien diría que la inteligencia es cuestionarlo todo.
Todo se hace para engrosar un ego que tan sólo reacciona al drama de los demás a través de las redes sociales pero que muestra un estilo de vida privilegiado que no aporta nada verdaderamente útil para ayudar a hacer del mundo un lugar mejor. La vida de uno mismo parece ser el mundo. Como dijo Ortega y Gasset ·yo soy yo y mis circunstancias; si no las salvo a ellas, no me salvo a mí" pues es el mantra. Mis circunstancias son buenas, las salvo y sino pediré que me las salven porqué cotizo, ergo lo merezco. Y en esa vision tan egocentrista, no pensáis en los demás.
Si todos pensáiseis en los demás, quizás el mundo sería un lugar mejor. Pero no lo es ni lo va a ser. El individualismo pesa demasiado, "el querer (viajar, comprar, consumir...) porqué puedo (tengo dinero)". es el mantra del siglo XXI.
A cambio de vuestro trabajo y "esfuerzo", podéis vivir por encima de vuestras posibilidades; podéis abrir la puerta a aquello que pudre todas las almas nobles; la codicia y la ambición desmedida. ¿Por qué las pudre? Pues porqué la codicia y la ambición o la hybris, apela a la individualidad, al egoísmo e incluso a la egolatría. El sistema es lo bastante inteligente para poneros ciertos límites como los impuestos. Pero alguien que está tan acostumbrado a satisfacer sus propias necesidades pagando, alguien que no piensa en nada ni nadie más que en sí mismo, puede llegar a creer que todo en la vida puede comprarse y que, paradójicamente, sólo aquellos que puedan pagar ciertos servicios, tienen derecho a disfrutarlos. El tener es el nuevo ser. El odio a los inmigrantes se crea así. Deshumanizándolos por el mero hecho de llegar a un lugar sin tener nada que ofrecer más que unas manos dispuestas a ensuciarse para que aquellos que no saben apreciar el trabajo duro y por haber "estudiado" se creen superiores no tengan que hacerlo y puedan seguir creyéndose que son mejores.
La aporafobia justifica el trato deplorable al que se les somete. "No tienen dinero, no pueden pagar, que se vayan, no los queremos" porqué nosotros por tener dinero y poder vivir a su costa, somos superiores. Pero no conozco a nadie que haya sido lo suficientemente humilde para decir, "voy a ayudar a mi abuelo a planatar tomates" o "voy a intentar ser autosuficiente y saber lo que es trabajar para sobrevivir, cuidar de un huerto, plantar un árbol, cuidar ganado, ayudar al resto desinteresadamente". La soberbia llega cuando todo el mundo se cree con derecho a todo. Lo fácil después es reclamar y exigir derechos que son derechos, si pueden pagarse.
Dejadme que os diga, que el trabajo no siempre ha sido remunerado, hay muchas personas que trabajan mil veces más duro que alguien que está sentado en una oficina todo el día y tan solo obtiene lo suficiente para alimentar a su familia. Pero esa es su prioridad, sobrevivir, no disfrutar. En cambio, los occidentales, por haber vivido en lugares privilegiados y haber tenido facilidades imposibles de conseguir en países subdesarrollados, os creéis con derecho de humillar al resto, de poner de rodillas al planeta ante vuestra inconsciencia y hedonismo extremo. No sois libres, sois dependientes y esclavos. Queréis que otros suban la piedra por vosotros y tenéis dinero para conseguirlo.
Creer que el dinero da la felicidad tan solo lleva a la eliminación de ciertos sentimientos como el altruismo o la solidaridad. Si el ser humano es visto como algo que puede explotarse a cambio de que él explote a los demás, realmente la solidaridad no existe. Existe un quid pro quo, pero en ningún momento, en la situación actual, podemos denominarlo justicia.
Desde aquí, mientras bajo la colina, exhausto, pienso que la vida en la tierra hoy, no es muy diferente a la mía, aquí. Quizás, la diferencia principal entre vosotros y yo, es que yo, cumplo la condena después de haber vivido, a mi me castigaron para que fuese ejemplo, pero nadie me ha tomado como tal. Yo no viví para trabajar. Fui un rey así que no Vivís para trabajar, a pesar de que penséis que trabajáis para vivir. Prueba de ello es que estáis desconectados del mundo, de todo lo que os rodea.
Estáis tan solo centrados en lo que debéis hacer para obtener un descanso y poder pagarlo. Yo estoy centrado en lo que debo hacer porqué ese es mi castigo. Estoy en el inframundo y por órdenes de Hades, no me queda más remedio que realizar el trabajo que se me ha encomendado a no ser que quiera que las Erinias me saquen los ojos y no pueda descansar en paz, al menos cuando bajo esta montaña tan odiosa y recupero fuerzas para subir esta roca infame. Mi historia es una metáfora de la que habéis aprendido muy poco. Y sí, amo esta piedra, pero la amo, porqué no me queda nada ni nadie más.
Pienso en vosotros, en como veis y concebís el mundo, en este sistema, en la inconsciencia... y creo que como dijo Shakespeare "el infierno está vacío y todos los demonios están aquí." Ahora voy a volver a subir la roca y me voy a alegar de no haber vivido en vuestro mismo siglo, de no ser parte de una sociedad que no entiende que el sentido de la vida no puede o no debería poder cimentarse sobre la hipocresía. Porqué lo peor es no ser consciente de la dependencia que tenéis de una roca que representa la crueldad y la ceguera moral en la que habéis sumido al mudo.
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